Fuerteventura, isla alejada,
recóndita, desértica ha sido lugar ideal
para refugiarse y a la vez para esconder a los molestos o a los degradadores del sistema. Unamuno y
Soriano no compartían los ideales antidemocráticos de Primo de Rivera y aquí
fueron confinados. Durruti, líder de la CNT, fue muy incómodo para la II
República española y acabó desterrado en Puerto de Cabras. Franco envió a
Fuerteventura a sus adversarios políticos , y los arrabales saháricos de Majada Marcial del viejo Puerto Cabras, sirvieron como celda de castigo para los apresados en la guerra de
Sidi Ifni. Pero uno de los capítulos más negros de la
historia de la isla lo supuso sin duda la creación del campo de concentración de Tefía,
donde durante años se retuvieron a los
presos republicanos y posteriormente a los homosexuales.
Para conocimiento de las nuevas generaciones de los sufrimientos del pasado, nos permitimos reproducir un fragmento del documental "La memoria silenciada", realizado por DAVID BAUTE, hombre nacido en Garachico y una de las joyas cinematográficas de nuestra cantera que se ha especializado en la realización de documentales.